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Programa de Reinserción Social

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    Cinthia Zúñiga
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Nuestro Programa de Reinserción Social y Resultados del Primer Piloto

Nuestra empresa nace con el ímpetu de no sólo generar retornos económicos, sino también un retorno social/medio ambiental. Nuestro interés por los temas sociales comenzó desde que éramos estudiantes. No estábamos seguras de cómo pero sabíamos que queríamos comenzar una empresa social que representara un movimiento que promoviera la empatía, la compasión y las segundas oportunidades. Nuestra motivación es crear prácticas dignas de reinserción que ayuden a transformar la vida de mujeres que estuvieron en prisión y ahora están en búsqueda de una segunda oportunidad en la vida.

En 2020 tuvimos un primer acercamiento con la organización Interculturalidad Salud y Derechos AC (INSADE), quienes participaban del programa público Impulso Laboral (en colaboración con el Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México), y quienes nos canalizaron a algunas de las mujeres que participaban en su programa.

El programa de impulso laboral, es un programa público que el Instituto de Reinserción creó para que personas egresadas del sistema penitenciario, tuvieran un acercamiento real a una actividad laboral. El programa conecta a empresas privadas, con personas con antecedentes penales, y otorga un estipendio de 5 mil pesos mensuales, durante 3 meses, para que las personas puedan laborar en las empresas. El objetivo es que al término de este programa, las empresas ofrezcan un trabajo digno y bien remunerado a las personas participantes del programa.

En abril del 2021 decidimos que debíamos llevar a cabo un programa aún más integral con nuestras propias herramientas y mediciones. Nos inscribimos como empresa beneficiaria del programa de Impulso Laboral, y conectamos con la Organización Comunitaria por la Paz (OCUPA AC), quienes nos ayudaron al diseño de los talleres, de acuerdo a la experiencia que la organización contaba derivada de su colaboración con Alterbike, una empresa de bicicletas que había participado igualmente en el programa público.


A continuación, resumiremos el programa y los pilares que contempla:

  1. Habilidades duras. La enseñanza y práctica de habilidades de corte y confección, incluyendo el uso de máquinas de coser y bordado. También, se incluyó una serie de talleres de auto empleo de un total de 8 horas, en donde las mujeres aprendieron contenidos muy prácticos sobre costos, precios, dónde vender sus productos, entregas, servicio al cliente, etc. También, y en conjunto con la organización INSADE, las beneficiarias obtuvieron un curso para saber solicitar un crédito ante FONDESO.

  2. Habilidades blandas. Las habilidades blandas no son impartidas de manera individual o explícita, sino que son elementos que se integran durante los tres meses de implementación y de manera transversal. Escuchar activamente, saber seguir instrucciones, preguntar cuando algo no queda claro, comunicar asertivamente con el equipo, entre otras.. son habilidades que se van practicando a lo largo del programa.

  3. Formación humana. La formación humana se relaciona con el desarrollo de actitudes y valores que impactan en el crecimiento personal y social del individuo. De esta manera, un sujeto formado desde la dimensión humana, actúa con esquemas valorales, coherentes, propositivos y propios. Es un ser que reconoce su papel en la sociedad, en la institución para la que trabaja y en la familia; que quiere su cuerpo, sus espacios concretos de acción y comprende la diversidad cultural en la que está inmerso; es en consecuencia un sujeto en crecimiento. El desarrollo humano es definido por las Naciones Unidas (PNUD) como aquél que “tiene por objeto las libertades humanas: la libertad de desarrollar todo el potencial de cada vida humana ahora y en el futuro. También es definida como: “un proceso de expansión de las libertades de las personas para llevar una vida prolongada, saludable y creativa; conseguir las metas que se consideran valiosas y participar activamente en darle forma al desarrollo de manera equitativa y sostenible en un planeta compartido” En este sentido el programa incluyó algunas sesiones virtuales de valores y en colaboración con la organización ASUME.

  4. Terapias sociales. La salud mental es una manera para trabajar con las emociones e historias de vida de las personas privadas de libertad y en proceso de reinserción. Dentro de la cárcel se vive un ambiente hostil y violento, en donde las personas deben desarrollar una serie de rasgos de personalidad para poder sobrevivir dentro. El poquísimo enfoque a la salud pública que se ha dado en general, en el mundo, y en particular, en México, hacia la población en general, y en particular a la población penitenciaria y/o en proceso de reinserción, es muy grave. Grave, además si tomamos en cuenta que gran parte de la población penitenciaria ha sufrido alguna forma de violencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definición de salud es un estado de completo bienestar, -físico, mental y social-, y no la simple ausencia de enfermedad. En general, la salud mental no se encuentra en plano de igualdad con la salud física en términos de presupuesto o educación y práctica médicas, en ningún lugar en el mundo. También es definida como: “un proceso de expansión de las libertades de las personas para llevar una vida prolongada, saludable y creativa; conseguir las metas que se consideran valiosas y participar activamente en darle forma al desarrollo de manera equitativa y sostenible en un planeta compartido”.


Por otro lado, también es importante tomar conciencia sobre los efectos del acceso limitado o interrumpido a los servicios educativos los cuales causan una reducción de oportunidades de que las personas con padecimientos mentales o discapacidades psicosociales puedan obtener un empleo remunerado, perpetuando la desigualdad social1.

La salud mental está estrechamente relacionada con el concepto de desarrollo humano. No puede haber desarrollo sin salud mental. La relación entre salud mental y desarrollo es tan estrecha como ignorada. Cuando hablamos de salud mental, no hablamos de episodios psicóticos, trastornos o síndromes; sino de cualquier dificultad relacionada -o no- con el ciclo vital, que puede impedirnos ser efectivos en la cotidianidad para atender nuestras propias necesidades y deseos, regular nuestras emociones, mantener relaciones interpersonales y tolerar el malestar2.

En cuanto a salud mental concierne, nuestro programa incluyó el curso de Semiología de la Vida Cotidiana llamado “El conocimiento de sí mismo” por un total de 24 horas. La Semiología estudia el significado que le damos como personas a nuestra interacción con un principio de realidad. La premisa es que nuestra calidad de vida será tan buena o mala como la interpretación que le demos a lo que nos sucede, y lo que hacemos que nos suceda.

Así mismo, otro elemento que contempla la salud mental, y que integramos en nuestro programa, fue la participación de las beneficiarias en Círculos de Paz en colaboración con la organización del Proyecto de Yoga en Prisiones (o Prison Yoga Project). Los Círculos de Paz son una herramienta fundamental de lo que llamamos justicia restaurativa, los cuales se basan en el principio fundamental de que los comportamientos que quebrantan la ley no implican solamente una violación legal, sino que poseen una dimensión mucho más amplia: la herida que producen en las víctimas, la estigmatización de quienes ofenden y el perjuicio a su comunidad. Los Círculos de Paz que aquí se proponen se enfocarán en el desarrollo de un sentido de comunidad entre las participantes, ampliar sus habilidades de inteligencia emocional, reflexionando sobre sus historias de vida y promoviendo su compromiso por devolver bienestar a la comunidad. Los Círculos se impartieron a lo largo de 8 sesiones de aproximadamente dos horas cada uno.


Resultados

Como parte del diseño y configuración del programa, desde inicio hicimos la aplicación de algunas baterías psicológicas para poder medir justamente los temas de salud mental en las mujeres. Aunque una de las conclusiones de nuestro primer programa fue que en efecto para tener mayor impacto, éste debía tener una duración más larga, sí vimos algunas mejoras en el estado de salud mental de las mujeres durante el mismo.

La batería estuvo compuesta por 6 instrumentos psicométricos autoaplicables:

  1. Inventario de Depresión de Beck-II (BDI-II)
  2. Escala de Autoestima de Rosenberg
  3. Escala GENCAT de Calidad de Vida
  4. Escala de Inadaptación de Echeburúa, Corral y Fernández-Montalvo
  5. Escala de GRIT de Duckworth
  6. Escala de Impulsividad de Barratt (BIS)

Con base en los resultados generales, se puede inferir que el programa tuvo un impacto positivo principalmente en indicadores emocionales de Depresión, Calidad de Vida y Adaptación.


Mejoras a Implementar

Además de una mayor duración del programa en general, algunas de las mejoras que identificamos para aplicar en ediciones subsecuentes es que idealmente cada participante debía seguir un proceso de terapia psicológica individual; conformar y nutrir una red de organizaciones que se especialicen en proveer servicios de tipo legal y otros, que eventualmente las beneficiarias necesiten y seguir conformando una red de empresas dentro de la industria textil para vincularlas con las mujeres que quieren auto emplearse.

mujeres dharana

Footnotes

  1. https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G17/076/09/PDF/G1707609.pdf?OpenElement

  2. https://revistamedicina.net/ojsanm/index.php/Medicina/article/view/118-7/1488